lunes, 25 de junio de 2012

fin de curso



Estos días previos del verano son complejos. Todos andamos agobiados con el remate del curso, el calor se deja notar, y el aguante disminuye por momentos.
Son días de ejercitar la paciencia y la fortaleza, virtudes que no son muy frecuentes hoy en día. 
Este fin de semana ya se han ido mis dos hijos pequeños, la casa se ha quedado vacía. 
Después de un fin de semana lleno de acontecimientos y con la casa a rebosar de gente, ha llegado el lunes y parece que la calma vuelve a asomar.
Son días para pensar en qué leer, en hacer mas deporte, en escribir más y ,a poder ser mejor, en charlar despacio con nuestros hijos y amigos.
Bueno ya os contaré como vamos.  

viernes, 8 de junio de 2012

Alfabia publica 'La tercera persona', opera prima de Álvaro de la Ric

Alfabia publica 'La tercera persona', opera prima de Álvaro de la Rica


  • Mercedes Monmany (ABC) y Javier Gomá (El País) presentarán esta tarde a las 20:30 en La Buena vida la novela de nuestro crítico literario que el sábado firmará ejemplares en la Feria del Libro.

  • Alfabia publica 'La tercera persona', opera prima novelística de Alvaro de la Rica
“Siempre hay una cosa, siempre. ¿Sabes qué? Hay una tercera persona que orienta las relaciones en la buena dirección. Esa es la verdad.”


Hay afirmaciones tan contundentes que poco más cabe decir después de que uno las pronuncie. Ésta, sin lugar a dudas es una de ellas, una afirmación que sintetiza, a grandes rasgos La tercera persona, Álvaro de la Rica (Madrid, 1965). la ambiciosa novela que presenta estos días


En la que es su primera obra de ficción, el autor, que ha publicado media docena de libros de entre los que destaca Kafka y el holocausto, (Trotta, 2011), aborda de manera singular las relaciones humanas y sobre todo, las complejidades que entrañan relaciones de pareja. Pero lo hace desde una perspectiva desacostumbrada: no parte de los dos integrantes de una pareja sino que construye su discurso desde los márgenes de la pareja, desde un elemento externo y supuestamente necesario para que la pareja exista: la tercera persona.


Existen las terceras personas. De eso estamos seguros y De la Rica, ciertamente, no es el primero en hablar de ellas. Sin embargo sí es el primero en ofrecer una tesis que tiene tanto de original como de perversa: hablar de un elemento percibido como una amenaza, como de algo necesario. En su narración, exquisita, llena de referencias literarias, el autor nos adentra en dos historias perfectamente hilvanadas y conectadas entre sí en las que conocemos a unos personajes aparentemente normales. Dichos relatos forman parte de un proyecto narrativo de largo alcance que se extiende en un total de nueve historias conectadas entre sí a través de un mismo protagonista. Aquí se nos presenta a Jacob, un hombre infiel, y a una mujer que le escribe una carta desde un tren, mensaje al que él responde de forma minuciosa. Hasta aquí nada del todo distinto a lo que hemos leído en otras ocasiones. Sin embargo, todo es diferente porque Álvaro de la Rica consigue algo que sólo los grandes novelistas logran hacer: nos atrapa, nos seduce. Y nos convence. Y lo hace porque sus personajes son honestos, tanto que nos olvidamos de que no son más que eso: personajes. Son hombres y mujeres corrientes a la deriva de unas vidas, quizás insatisfechas, que se han quedado atrapados en un vorágine de sentimientos.


La fidelidad, las convenciones, la dicotomía entre el deber y el deseo, o ese Dios que nos observa desde arriba juegan un papel importante en una narración que huye tanto de los tópicos como de los dogmas y que afronta sin el menor tapujo los temas más incómodos. La seducción, el sexo, el rechazo en el corazón de una relación que se supone íntima y amorosa. La tercera persona no se detiene en el retrato de ese hombre que le es infiel a su mujer y que se siente incómodo cuando un par de niñas preguntan por papá al otro lado del teléfono. No: la narración afronta los misterios de la seducción, el deseo encubierto en los juegos de complicidades que nos convierten, a veces sin quererlo, otras no, en terceras personas para alguien. O que nos pueden llevar a convertir a los demás en terceras personas.


De la Rica se pasea hábilmente por las habitaciones cerradas del corazón y desgrana unos vínculos cuya inconsistencia nos asusta porque en el fondo nos remiten a nuestra propia fragilidad y al final a la imposibilidad de conocer el verdadero sentido de las relaciones humanas más radicales.

martes, 5 de junio de 2012

Final de curso



Ayer de tertulia con mis hijos pequeños y con mi marido, hablábamos
del poco tiempo que queda para terminar el colegio. 
Me hizo hasta gracia porque uno de los chicos hablaba de los fines de semana que quedaban, “dos".
Parece que fue ayer cuando hacíamos las maletas para volver del verano, esto del tiempo es un invento que no acaba de convencerme. Me gustaría , de verdad que las cosas se sucediesen sin tener limitaciones, cuando una se termine comenzar la siguiente y así sucesivamente.
Este año que muchos de mis amigos y yo hemos celebrado medio siglo,a todos nos parece de broma que haya pasado , pero si te pones a pensar
las cosas que han ocurrido te das cuenta de que quizás debería haber
pasado otro medio siglo mas.
Ya  nos hemos acostumbrado, pero la cantidad de cosas que pretendemos
hacer en un día, lo normal es que se hiciesen en una semana como mínimo.
Creo que las personas necesitamos mas tiempo para hablar, para escuchar, para meditar las cosas en nuestro interior, y cuantas mas
cosas externas nos echamos sobre la espalda, menos dejamos a ese
interior que debemos cultivar con cariño y sin prisas.