No parece que va a llegar, pero la realidad es tozuda, la vuelta a la vida normal llega inexorablemente.
En mi casa, que somos unos cuantos, nos ha costado algo más de dos semanas el ponernos a tono con la realidad.
El verano ha sido, como dice uno de mis hijos "el verano de su vida", pero ahora toca volver a dejarse la piel para poder disfrutar del próximo.
Ya tenemos mas gastos de los que deberíamos, mas kilos de los que querríamos, mas propósitos de los que llegaremos a cumplir, pero eso es lo maravilloso del comienzo del curso.
¡Todo parece posible!
Que grande y genial es la mente humana con que facilidad se recupera y se pone nuevamente manos a la obra. Como niño que estrena estuche y zapatos, carga la cartera un año más y se pone en marcha.Tomemonos las cosas con calma, con cabeza y con corazón, y a por todas.
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